Para solicitar la prestación de la Seguridad Social, es necesario presentar varios documentos. La solicitud de la prestación es un requisito fundamental. Además, se requiere el DNI, pasaporte o NIE para identificar al solicitante. En caso de ser un trabajador asalariado, se debe presentar un certificado de empresa que confirme el inicio del permiso por nacimiento o cuidado del menor.
Estos documentos son esenciales para el proceso de solicitud y garantizan que la prestación sea otorgada correctamente.
Para acceder a la ayuda, es importante estar afiliado y dado de alta en la Seguridad Social. Además, se deben cumplir con el período mínimo de cotización requerido, que varía según la edad del progenitor. Para madres o padres menores de 21 años, no se exige cotización previa. Sin embargo, quienes superen esta edad deberán acreditar un tiempo mínimo de cotización, según sus condiciones específicas.
Estas condiciones aseguran que solo las familias que realmente necesitan la ayuda puedan acceder a ella.
El permiso asociado al cuidado de menores es una parte clave de esta ayuda. Tiene una duración de 16 semanas, divididas en 6 semanas obligatorias y 10 semanas adicionales. Las 6 semanas obligatorias deben ser disfrutadas de forma ininterrumpida y a jornada completa tras el nacimiento o adopción. Las 10 semanas adicionales pueden ser acumuladas o interrumpidas según las necesidades familiares.
Esta medida ha unificado los permisos de maternidad y paternidad, lo que sitúa a España entre los países europeos más avanzados en términos de igualdad parental.
La Seguridad Social ofrece varias formas de tramitar la prestación, adaptándose a las necesidades de las familias. a través de la Sede Electrónica, se puede solicitar con o sin certificado digital. También se puede enviar la documentación por correo ordinario o presentarla en persona en los Centros de Atención e Información de la Seguridad Social (CAISS), previa cita.
Estas opciones facilitan el acceso a la ayuda y garantizan que ninguna familia quede sin protección.
Comenzamos limpiando y cocinando la coliflor en abundante agua con sal durante unos 30 minutos. Una vez cocida, la retiramos y la reservamos. Luego, derretimos la mantequilla en una cacerola. Añadimos la harina tamizada para evitar grumos y dejamos cocinar unos minutos hasta que pierda el sabor a crudo. A continuación, poco a poco agregamos la leche para formar la bechamel. La cantidad de leche puede variar según el tipo de bechamel que desees, por lo que es mejor ir añadiendo poco a poco. Una vez tengamos la textura deseada, cocinamos unos 10 minutos más y rectificamos la sal y la pimienta. En este punto, puedes añadir nuez moscada si lo deseas.
En una fuente de horno, colocamos la coliflor cocida. A mi me gusta ponerle unos taquitos de jamón cocido o pavo o incluso jamón serrano antes de cubrirla con la bechamel. Luego, ponemos queso rallado y pan rallado y metemos el plato al horno a gratinar durante unos 10 minutos. Y listo, tenemos un plato delicioso de coliflor con bechamel.