Las horas antes de las disertaciones, este martes por la noche, se celebrará la cena de Gala Formal. Esta es una ocasión especial que marcará el inicio de la conferencia con un toque de elegancia y estilo.
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, participará de manera virtual debido a una restricción impuesta por la justicia de su país. Aunque no estará físicamente presente, su participación virtual agregará un elemento especial a la conferencia.
Ambos volvieron a reunirse en noviembre en Mar-a-Lago, el club de Trump en Palm Beach, donde se celebró una versión empresarial de la cumbre. Este vínculo entre Milei y Trump es significativo en este momento para el presidente argentino, ya que representa una alianza con un líder conservador de gran influencia.
Otra incógnita es si el empresario Elon Musk enviará algún tipo de mensaje. Su participación podría agregar un nuevo elemento de interés a la conferencia y atraer la atención de la opinión pública.
El Parlamento de Irán aprobó recientemente una nueva ley de “castidad y hiyab” que endurece las restricciones existentes en materia de vestimenta. Esta ley, respaldada por el Consejo de Guardianes, define de manera precisa qué se considera vestimenta inadecuada para hombres y mujeres. Para las mujeres, esto incluye ropa ajustada y conjuntos que expongan el cuerpo por debajo del cuello, por encima de los tobillos y por encima de los antebrazos. Para los hombres, está prohibida cualquier exposición por debajo del pecho y por encima de las rodillas, así como los hombros.
La ley correría el riesgo de repetir los errores del anterior Gobierno iraní, que se enfrentó a meses de protestas en 2022. Según Sina Toossi, miembro del Centro de Política Internacional, esta decisión refleja un juicio erróneo de la opinión pública y podría desestabilizar aún más un tejido social ya frágil.
La legislación pondrá a prueba durante tres años una serie de políticas con sanciones nuevas y más severas por violaciones sobre el uso del hiyab y vestimenta inadecuada. Las infracciones iniciales pueden traer sanciones económicas, mientras que las infracciones reiteradas acarrearán castigos más severos, como penas de prisión, prohibición de viajar y restricciones para conducir, renovar el pasaporte e incluso acceder a Internet.
Para los propietarios de negocios, las sanciones son aún más severas. Si no hagan cumplir el código de vestimenta a sus clientes, aumentan las sanciones económicas e imponen posibles penas de prisión, prohibición de viajar y restricciones publicitarias.
El presidente Masoud Pezeshkian, crítico de las normas de vestimenta del país, se ha mostrado contrario al proyecto de ley. Aunque no tiene poder de veto real, podría rechazar o retrasar la firma en un esfuerzo por crear buena voluntad entre la población.
Se espera que la ley entre en vigor casi dos semanas después de su aprobación por el Consejo de Guardianes. Pezeshkian se enfrenta a una “ardua batalla” ya que el proyecto de ley prepara el terreno para una lucha de poder entre las fuerzas conservadoras y el Gobierno. Algunos opinan que el núcleo del sistema conservador va en contra de la mayoría de la población, pero no tienen el poder para cambiar la situación.
Otro aspecto clave de la ley es la regulación de los espacios digitales. La legislación impondrá multas y restricciones a la actividad en Internet, obligando a las plataformas de redes sociales a supervisar y eliminar los contenidos inapropiados. Las personas influyentes también se enfrentarán a duras sanciones por cualquier promoción de la vestimenta inadecuada.
La ampliación de la vigilancia es un aspecto especialmente controvertido. Las grabaciones de las cámaras de vigilancia se utilizarán para rastrear a los infractores, con ayuda de inteligencia artificial. También se anima a los ciudadanos a denunciar las infracciones.