Ha descubierto un mediocampo titular que es la espina dorsal del equipo. Físico, potente y con cierta clase, saben cómo filtrar el balón y morder a la defensa. Barrios tiene una elegante zancada, De Paul, la imaginación para inventar y Gallagher una voluntad de entrega.
Y Giuliano, que había dudas antes, ahora está dando lo mejor de sí. En la minicrisis en Oporto y en el triste juego en Sevilla, mostró que puede ser clave. Con la fe y la entrega, está creciendo y contagiando a su equipo. Un gol y dos asistencias en diez partidos demuestran su impacto.
El portero del Valladolid tuvo que trabajar duro, pero poco pudo hacer frente a la velocidad y la precisión del Atlético. Un córner y un despiste de la defensa pucelana dieron lugar al primer gol, y el tercero fue una tiralíneas impresionante.
De Paul mostró su maestría en la jugada que definió el tercer gol. Una jugada a toda velocidad con una preciosa pared de Galán, un pase atrás, una dejada y una llegada en segunda línea.
El Atlético sigue adelante, como un tren en marcha. Y con el próximo rival, el Cacereño, tendrán que estar alerta. Quedan muchas victorias por conquistar para acercarse a las 13 seguidas del 12/13.
Este Atlético es una fuerza imparable, con jugadores que saben cómo ganar. Y aunque haya dudas sobre algunos, el equipo funciona como un todo.
En el partido, el Madrid se mostró completamente fuera de sintonía. Su juego era incompleto y destartalado, sin la precisión y la armonía que se espera de un equipo de su nivel. No parecían estar unidos ni comprometidos en el campo, lo que les costó dearly. Los jugadores parecían perdidos y sin dirección, lo que les permitió al Getafe tomar el control del partido en varios momentos.
El Madrid no logró establecer un ritmo de juego estable ni un estilo de juego coherente. Sus ataques eran desordenados y sin sentido, y sus defensas estaban constantemente en peligro. Esto les llevó a cometer múltiples errores y a dejar espacios a su adversario, lo que les resultó muy costoso en el marcador.
Mbappé fue el punto de luz en un partido en el que el Madrid parecía desesperado. Logró un gol de los de antaño, un momento de magia en un momento en el que todo parecía ir mal para el equipo. Su habilidad y su destreza en el campo fueron evidentes, y lo hicieron el jugador más destacado del partido.
Sin embargo, a partir de ese gol, todo se desmoronó para Mbappé y el Madrid. Los errores comenzaron a acumularse, y Mbappé se vio envuelto en la desastrosa situación del equipo. Aunque intentó salvaguardar la situación, era difícil superar la cantidad de problemas que el Madrid estaba teniendo.
Los errores del Madrid fueron la piedra angular del partido desastrado. Solo ante el excelente Soria, el Madrid falló tres goles, lo que demuestra la falta de concentración y la falta de calidad en sus jugadores. Estos errores no fueron aislados, sino que se extendieron a través del partido, afectando a todos los aspectos del juego.
Los jugadores del Madrid parecieron distraídos y sin atención, lo que les llevó a cometer simples errores de pase, de defensa y de ataque. Esto les costó la victoria y les dejó con una sensación de frustración y de desilusión. Es importante analizar estos errores para evitar que se repitan en futuros partidos.
Su madurez y habilidades se han destacado en el campo. David Cobeño, secretario técnico del Rayo Vallecano, destaca su madurez: «Es muy educado. Desde el primer día se ganó el cariño de los jugadores del primer equipo. Da la sensación de que no le pesa el apellido, él lo sabe llevar muy bien y está orgulloso de lo que representó su padre». Además, es rápido y posee recursos técnicos que lo hacen un jugador moderno. Se sacrifica en beneficio del equipo y es muy efectivo en la primera presión adelantada. Si tuviera que compararlo con alguien, sería con Morata, por su facilidad de moverse en varias posiciones y jugar al espacio. Es más dinámico que Joselu.
Su contrato con el Rayo dura hasta junio y en el pasado curso destacó como goleador del Unión Collado Villalba, de Tercera Federación. Su entrenador entonces, David Bohega, valora su polivalencia: «Es rápido, remata fenomenal de cabeza y va bien con ambas piernas. Es muy completo. En la pasada temporada, con el Collado Villalba, marcó 15 goles y fue el autor del tanto con el que derrotamos al Real Madrid y logramos la permanencia. Ese gol fue muy especial para él».
Su madurez y determinación se reflejan en estas palabras. Sabía que tenía que seguir los pasos de su padre y trabajar arduamente para alcanzar sus metas. Su objetivo es ser mejor que Samuel y seguir haciendo historia en el fútbol.
Su dedicación al fútbol es evidente. Siempre está dispuesto a trabajar duro y mejorar sus habilidades. Su competitividad es otra de sus virtudes, como destaca Silvia Díaz, gestora del Unión Collado Villalba: «Es muy exigente consigo mismo. A mí me tenía frita todos los días, me llamaba para que le abriera las puertas del campo para entrenarse fuera de hora, al margen del equipo. El pasado 13 de octubre vino a jugar aquí con el Rayo B, la gente de la grada le ovacionaba. Al final del partido ganamos nosotros por 2-1 y él se cogió un enfadado monumental. Es un chico muy respetuoso, tiene un feeling especial para contactar rápidamente con la gente».