Una sobreviviente de la ley marcial, Mi-rye de 64 años, se unió a cientos de personas en la Asamblea Nacional de Seúl. Cuando el presidente Yoon Suk Yeol declaró la ley marcial la noche anterior, ella no podía creer que estuviera sucediendo nuevamente. Hace 44 años vivió la ley marcial y ahora, teme que pueda ser restablecida. "Un Sentimiento de Vigilancia en la Democracia"
La Reacción Inmediata
Cuando el presidente Yoon Suk Yeol declaró la ley marcial, Mi-rye sintió un profundo miedo. Vivió una experiencia similar hace 44 años y no podía creer que estuviera viviendo algo similar de nuevo. Ella decidió viajar desde su ciudad natal de Paju, cerca de la frontera con Corea del Norte, a Seúl para estar alerta.
Durante el último período de ley marcial, la gente vivía bajo estrictos toques de queda. Cualquier persona sorprendida fuera era llevada al campo de reeducación. Incluso por salir a fumar podían ser arrestados. Detenían a personas que caminaban por la calle sin su documento de identidad. Había agentes vestidos de civil apostados por todas partes, esperando para atrapar a la gente.
Ahora, aunque la ley marcial fue revocada durante la noche, Mi-rye sigue temiendo que pueda ser restablecida. Esa es la razón por la que está en la Asamblea Nacional, manteniéndose alerta y esperando que el presidente sea destituido.
La Unidad en la Asamblea Nacional
Cientos de personas se reunieron en las escaleras de la Asamblea Nacional. Abrigados para protegerse del frío día de diciembre, coreaban "Renuncia" y "Dimite". Varias personas dijeron que era importante estar allí, mientras los legisladores permanecían dentro, para observar y mantener vigilancia.
La ira y la frustración hacia el presidente eran palpables. Muchos se preguntaban por qué había sido necesario declarar la ley marcial. Pero ahora, están unidos en la lucha por la democracia.
Estos momentos son cruciales para la democracia de Corea. La presencia de Mi-rye y otras personas es un testimonio de la lucha por mantener la libertad y la justicia.
La Continuidad de la Vida Normal
Afuera de la Asamblea Nacional, un flujo constante de personas se unió a los que estaban sentados en las escaleras. Aunque la declaración de ley marcial conmocionó al país, la vida en Seúl continuó prácticamente con normalidad.
Muchos de estos personas habían venido después del trabajo o la escuela. Están unidos en la esperanza de que la democracia permanezca intacta.
Estos son tiempos difíciles, pero la unidad y la determinación de la gente muestran que la democracia es fuerte y que no se rendirán fácilmente.