Esta decisión cayó como una bomba y conmocionó a la nación democrática, desembocando en un sorprendente enfrentamiento político nocturno. En una nación con una fuerte tradición contemporánea de libertad de expresión, el decreto militar de Yoon prohibió todas las actividades políticas, incluidas las protestas, las manifestaciones y las acciones de los partidos políticos.
Algunos creían que esta medida podría ayudar a restaurar la estabilidad en el país, mientras que otros veían en ella una amenaza a la democracia y a los derechos de los ciudadanos.
Los legisladores acudieron en masa al parlamento y abrieron paso entre los soldados que habían sido desplegados para mantener bloqueado el edificio. En una reunión extraordinaria de emergencia realizada a altas horas de la noche, los presentes votaron por unanimidad bloquear el decreto, una votación que el presidente está legalmente obligado a obedecer.
Después de la votación parlamentaria, Yoon dijo que levantaría la ley marcial. Posteriormente, el gabinete del presidente aprobó la decisión de levantarla.
El líder del Partido Democrático de la oposición de Corea del Sur, Lee Jae-myung, dijo que la declaración era "inconstitucional", calificándola de una medida que "va en contra del pueblo". Muchos manifestantes también llevaban carteles y banderas que pedían la destitución de Yoon. Algunos miembros del parlamento parecieron enfrentarse con las autoridades afuera del edificio del parlamento, y las imágenes de televisión mostraron a las tropas intentando ingresar al salón principal, aunque comenzaron a retirarse unas horas más tarde cuando los legisladores bloquearon el decreto.
Los ciudadanos que esperaban fuera del edificio vitorearon cuando se conoció la noticia de la votación de los legisladores, y gritaron: "¡Viva la República de Corea!" y "¡Yoon Suk-yeol, dimita!".
El sindicato más grande de Corea del Sur dijo este miércoles que sus miembros realizarán una huelga general indefinida hasta que Yoon renuncie. Hasta el miércoles por la mañana hora local, todavía había una fuerte presencia policial en el edificio parlamentario. Yoon pospuso su primera reunión pública programada para esa mañana.
Esta no es la primera vez que enfrenta pedidos de juicio político: hubo protestas regulares pidiendo su renuncia y una petición que recibió cientos de miles de firmas.
La propuesta pasaría luego al Tribunal Constitucional, uno de los tribunales más importantes de Corea del Sur, junto con el Tribunal Supremo. Al menos seis de los nueve jueces deben estar de acuerdo con seguir adelante con el juicio político. El presidente sería suspendido de ejercer su poder durante el proceso hasta que se resuelva el juicio político. En ese escenario, y durante el proceso judicial, el primer ministro asumiría como líder interino.
Gano las elecciones por un margen muy estrecho, adelantándose a su rival Lee por menos de un punto porcentual. Era un recién llegado a la política debido a que pasó los 27 años anteriores de su carrera como fiscal.
Desde que asumió el cargo, Yoon ha tenido una serie de escándalos y controversias que incluso llevaron a cientos de miles de personas a pedir su destitución.
El general Park Chung-hee tomó el poder en un golpe de Estado en 1961, declarando la ley marcial de nuevo en los años 70, cuando su popularidad empezó a caer. La última vez que un presidente de Corea del Sur declaró la ley marcial fue en 1980, durante un levantamiento nacional encabezado por estudiantes y sindicatos.
Corea del Sur no elegiría un presidente mediante elecciones directas y libres hasta 1988, cuando Roh Tae-woo se convirtió en líder, supervisando la transición del país a la democracia y convirtiéndose en el primer presidente coreano en entregar pacíficamente el poder a un sucesor civil.