Tomemos nota de estos desayunos apetitosos y variados que te ayudarán a empezar el día a tope. Además de las proteínas que ya tiene el queso, puedes agregar carbohidratos en forma de tostada o cereales como la avena, y también vitaminas mediante unas rodajas de fruta o zumo natural.
1. Bol de queso cottage e higos
Si eres un persona que se levanta en modo autómata, este desayuno rápido, sencillo y muy saciante es perfecto para ti. Las cantidades son orientativas; como he mencionado antes, el queso cottage es muy satiante, pero no produce el mismo efecto en todos. Ajusta las cantidades según tus necesidades. Para una persona, necesitas 150 gr de queso cottage, 2 higos morados, 4 pistachos y miel.
La elaboración es sencilla. Dispón el queso cottage en el fondo de un bol. Agrega los higos lavados y partidos por la mitad (si es un desayuno especial de fin de semana, también puedes caramelizarlos). Pela los pistachos y pícalos muy finitos. Espolvoréalos por encima y añade la miel al gusto.
2. Tostas de queso cottage con pera, nuez y miel
Un desayuno muy completo que combina carbohidratos, proteínas y vitaminas. Si tienes poco tiempo por las mañanas, reserva este desayuno para una tarde, pero no dejes de probarlo porque es nutritivo y delicioso. Para una persona, necesitas 2 rebanadas gruesas de pan integral con semillas, 2 cucharadas colmadas de queso cottage, ½ pera lavada, 1 nuez y miel.
La elaboración es fácil. Tuesta el pan y úntalo con el queso cottage. Corta la pera en rodajas finitas pero no la peles, así quedará más bonita. Disponla sobre el pan, agrega la nuez picadita y miel al gusto.
3. Tostada de pan de centeno, frambuesas y arándanos
Variar el tipo de pan te ayuda a hacer tus desayunos más apetecibles y divertidos. Debido a la menor cantidad de gluten que contiene, el pan de centeno o pan negro es más denso y compacto que los tradicionales, lo que hace que combine muy bien con el queso cottage y con cualquier tipo de fruta. Su alto contenido en fibra y su efecto saciante son algunas de sus propiedades más valoradas.
Para una persona, necesitas 2 rebanadas pequeñas de pan de centeno, 2 cucharadas de queso cottage, 2 frambuesas y 2 arándanos.
La elaboración es sencilla. Lava la fruta con cuidado porque son bastante delicadas, sobre todo la frambuesa. Tuesta el pan si te apetece, úntale el queso y decora con la fruta.
4. Creps con queso cottage
Un clásico entre los clásicos, tanto para meriendas como para desayunos especiales. Combinan con cualquier ingrediente y, por supuesto, con el queso cottage. Si te apetece, en vez de con miel puedes tomarlo con tu mermelada preferida.
Para unas 6 unidades, necesitas 2 huevos, 125 g de harina, 250 ml de leche, 70 g de mantequilla y una pizca de sal.
La elaboración es sencilla. Bate la leche, 50 g de mantequilla derretida, la harina, los huevos y la sal, hasta obtener una crema suave y sin grumos. Engrasa una sartén con mantequilla, vierte un cacito de la mezcla anterior y cuécela durante 1 o 2 minutos por cada lado. Y así sucesivamente. Rellénala con el queso y un poco de miel.
5. Tosta de queso cottage con ensalada
Hemos dejado para el final las tostas saladas, que también son muy valoradas en el desayuno, por ejemplo con salmón ahumado o jamón york. En este caso, apostamos por una miniensalada llena de nutrientes con la que empezarás el día de la mejor manera posible. ¡No te olvides del café!
Para una persona, necesitas 1 rebanada de pan integral con semillas, 2 cucharadas de queso cottage, 2 tomatitos cherry, brotes, hierbas aromáticas, aceite de oliva y sal.
La elaboración es sencilla. Tuesta el pan y agrega el queso sin aplastarlo demasiado. Lava los tomates, pártelos por la mitad y ponlos encima. Agrega los brotes, las hierbas aromáticas, una pizca de sal y el aceite de oliva.
El origen de la tarta Pavlova es curioso. Se dice que la bailarina rusa Anna Pavlova, al visitar Nueva Zelanda, inspiró a los pasteleros a crear esta tarta. Desde entonces, se ha convertido en un símbolo de los postres de la región.
Es una tarta fácil y rápida de hacer. El merengue, horneado por encima, da un toque especial a la tarta. Y si tenemos un robot de cocina, se puede hacer aún más rápido.
Para el merengue francés, necesitamos 100 gramos de clara de huevo, 165 gramos de azúcar blanco, 10 gramos de harina de maicena y 5 gramos de vinagre de manzana.
Para decorar, usamos 400 gramos de nata para montar, 50 gramos de azúcar glas y 200 gramos de frutos rojos como arándanos y fresas.
Preparación del merengue:
1. Colocamos las claras de huevo en un bol y las montamos con una batidora de varillas. Le añadimos una pizca de sal para que monte bien.
2. Precalentamos el horno a 100°C con calor arriba y abajo.
3. Cuando las claras comienzan a espumar, añadimos el azúcar blanco en forma de lluvia y continuamos batiendo a velocidad media.
4. Sin dejar de batir, añadimos la maicena y el vinagre.
5. Continuamos montando hasta obtener un merengue firme y brillante.
6. Forramos una bandeja de horno con papel para horno y colocamos la mezcla de merengue formando un montón redondeado sobre el papel.
7. Horneamos durante una hora a 100º hasta que el merengue esté seco por fuera. Cuando esté listo, retiramos del horno y dejamos enfriar completamente antes de decorar.
Montaje y decoración:
1. Con ayuda de una batidora, montamos la nata junto con el azúcar glas a velocidad media. Seguimos batiendo hasta obtener una nata firme.
2. Con la manga pastelera o espátula, colocamos la nata sobre el merengue francés y decoramos con los frutos rojos.
Si eres fan de las recetas de tartas internacionales, no te pierdas la oportunidad de probar la tarta Pavlova. Es una experiencia culinaria única que te va a encantar.