El discurso de aceptación del premio al Mejor Documental en los Oscar 2025 fue un momento lleno de emoción y reflexión. En el escenario del Teatro Dolby, Basel Adra y Yuval Abraham, creadores del documental que narra las duras realidades de Cisjordania, aprovecharon la ocasión para enviar un mensaje poderoso. La pareja explicó cómo su obra busca una solución pacífica al conflicto en Gaza sin permitir que ninguna etnia tenga dominio sobre otra. Según ellos, esta es una vía bloqueada por influencias internacionales.
Basel Adra, un periodista y activista palestino, compartió sus esperanzas personales para su hija recién nacida. Deseaba fervientemente que ella no tuviera que experimentar el miedo constante que él ha vivido toda su vida. Este sentimiento se refleja en el documental, que muestra décadas de desafíos enfrentados por los palestinos. Por otro lado, Yuval Abraham enfatizó la colaboración entre palestinos e israelíes en la creación del documental, argumentando que juntos pueden ser más fuertes y visibles. Ambos hicieron hincapié en la necesidad de liberar a los rehenes israelíes y buscar soluciones políticas que garanticen derechos para ambas comunidades.
Adra y Abraham cerraron su discurso con un llamamiento directo a Estados Unidos para reconsiderar su política exterior que, según ellos, está obstaculizando una resolución pacífica. Subrayaron que la verdadera libertad para uno solo puede existir si también existe para el otro. Esta afirmación destaca la importancia de la cooperación y el entendimiento mutuo para lograr una paz duradera y equitativa en la región.
La etapa de la adolescencia trae consigo una serie de cambios que, aunque pueden parecer desafiantes, son esenciales para el desarrollo personal. La psicóloga Diana Jiménez explica que estos comportamientos son indicativos de un crecimiento saludable y necesario. Por ejemplo, los jóvenes comienzan a cuestionar todo lo que antes aceptaban sin dudarlo. Este proceso, aunque puede ser frustrante para los padres, demuestra que los adolescentes están desarrollando su propio pensamiento crítico. Además, la importancia que le dan a sus amigos y al sentido de pertenencia a un grupo se vuelve fundamental en este período. Los adolescentes buscan validación y apoyo entre sus iguales, lo cual es un paso importante hacia su independencia emocional.
Los límites también se exploran durante esta etapa, a veces con resultados inesperados. Algunos experimentos son más seguros, como cambiar su estilo de vestir, mientras que otros pueden generar preocupación, como actividades arriesgadas. Los cambios de humor repentinos también son comunes, pasando de momentos de alegría a explosiones de ira sin previo aviso. A pesar de esto, Jiménez enfatiza que debemos ver a nuestros hijos como orugas en plena metamorfosis, preparándose para una transformación maravillosa. Para sobrellevar mejor estos cambios, los padres deben recordar que todo es temporal y no debe tomarse de manera personal. Es crucial mantener una actitud comprensiva y ofrecer guía sin imponer restricciones innecesarias.
Es vital establecer límites claros y llegar a acuerdos mutuos, supervisándolos siempre desde el amor y la firmeza. Validar las emociones del adolescente sin necesariamente estar de acuerdo con ellas ayuda a fortalecer la comunicación. El uso del humor también puede ser una herramienta útil para aliviar situaciones tensas. Finalmente, los padres deben cuidarse a sí mismos, recordando que su papel sigue siendo fundamental pero ha evolucionado. Si bien muchos comportamientos son normales, es importante estar alerta ante signos preocupantes como aislamiento persistente, cambios radicales de humor o disminución significativa en el rendimiento académico. En estos casos, buscar ayuda profesional es esencial para garantizar el bienestar del adolescente.
En resumen, la adolescencia es un período de crecimiento y cambio donde tanto padres como hijos enfrentan desafíos únicos. Con paciencia, comprensión y estrategias adecuadas, podemos acompañar a nuestros hijos en este viaje de autodescubrimiento, fortaleciendo así nuestras relaciones y promoviendo un desarrollo saludable y positivo.
Lisa Su, the CEO of Advanced Micro Devices (AMD), a semiconductor giant valued at $162 billion, shares how an early-career question has shaped her decision-making process. This pivotal inquiry, posed by her mentors during her formative years in the industry, has played a crucial role in steering AMD towards its current success. The company, once facing significant challenges, has transformed under Su's leadership, focusing on high-performance computing and gaming sectors. Su emphasizes the importance of long-term vision and strategic choices that align with the company's core strengths.
Su’s leadership philosophy is rooted in a fundamental question that she encountered early in her career. This query, which asked her to envision her future aspirations, became a guiding principle for her as she took on leadership roles at AMD. By applying this same introspective approach to the company, Su was able to steer AMD towards a clear and focused path. She recognized the importance of understanding not just what the company could do, but what it should prioritize to excel in the competitive semiconductor market.
During her tenure as COO in 2014, Su faced critical decisions about AMD's direction. One of the most significant was whether to pursue the booming smartphone chip market. Despite its potential, Su determined that this area did not align with AMD's core competencies. Instead, she chose to focus on high-performance computing and gaming, areas where AMD had a competitive advantage. This decision required a deep understanding of the company's strengths and long-term goals. Su’s foresight allowed AMD to avoid distractions and concentrate on building technologies that would drive future growth. She emphasized that the impact of today's decisions can be seen three to five years down the road, reinforcing the need for strategic planning.
When Su joined AMD in 2012 as a senior vice president, the company was at a critical juncture. It faced intense competition from rivals like Intel and Nvidia, and its stock price hovered around $3 per share, with rumors of impending bankruptcy. Despite these challenges, Su saw potential in AMD and decided to take the helm. Her mentors advised against joining due to the company's history of inconsistent performance, but Su believed in her vision for the company's future. After serving as COO for six months, she was appointed CEO in October 2014, marking the beginning of AMD's transformation.
Under Su's leadership, AMD diversified its product offerings, expanding into gaming consoles and developing new chip designs. One of her key strategic moves was switching manufacturing partners from GlobalFoundries to Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) in 2018. This shift improved production efficiency and quality, contributing to AMD's resurgence. While the company's stock has experienced fluctuations, peaking at nearly $200 before dropping to $100, Su's leadership has been instrumental in positioning AMD as a formidable player in the semiconductor industry. Her ability to ask the right questions and make informed, long-term decisions has been central to AMD's revival and continued success.