El origen de la tarta Pavlova es curioso. Se dice que la bailarina rusa Anna Pavlova, al visitar Nueva Zelanda, inspiró a los pasteleros a crear esta tarta. Desde entonces, se ha convertido en un símbolo de los postres de la región.
Es una tarta fácil y rápida de hacer. El merengue, horneado por encima, da un toque especial a la tarta. Y si tenemos un robot de cocina, se puede hacer aún más rápido.
Para el merengue francés, necesitamos 100 gramos de clara de huevo, 165 gramos de azúcar blanco, 10 gramos de harina de maicena y 5 gramos de vinagre de manzana.
Para decorar, usamos 400 gramos de nata para montar, 50 gramos de azúcar glas y 200 gramos de frutos rojos como arándanos y fresas.
Preparación del merengue:
1. Colocamos las claras de huevo en un bol y las montamos con una batidora de varillas. Le añadimos una pizca de sal para que monte bien.
2. Precalentamos el horno a 100°C con calor arriba y abajo.
3. Cuando las claras comienzan a espumar, añadimos el azúcar blanco en forma de lluvia y continuamos batiendo a velocidad media.
4. Sin dejar de batir, añadimos la maicena y el vinagre.
5. Continuamos montando hasta obtener un merengue firme y brillante.
6. Forramos una bandeja de horno con papel para horno y colocamos la mezcla de merengue formando un montón redondeado sobre el papel.
7. Horneamos durante una hora a 100º hasta que el merengue esté seco por fuera. Cuando esté listo, retiramos del horno y dejamos enfriar completamente antes de decorar.
Montaje y decoración:
1. Con ayuda de una batidora, montamos la nata junto con el azúcar glas a velocidad media. Seguimos batiendo hasta obtener una nata firme.
2. Con la manga pastelera o espátula, colocamos la nata sobre el merengue francés y decoramos con los frutos rojos.
Si eres fan de las recetas de tartas internacionales, no te pierdas la oportunidad de probar la tarta Pavlova. Es una experiencia culinaria única que te va a encantar.
Comenzamos colocando un bol de cristal en un cazo y lo ponemos al baño maría. En el bol, agregamos el chocolate negro para postres y lo dejamos fundir poco a poco hasta que este completamente derretido.
Luego, lavamos muy bien las fresas y las secamos con un papel absorbente. Pasamos el chocolate fundido a un bol pequeño y bañamos las fresas solo hasta la mitad, tomando cuidado de que no se caigan en el chocolate agarrando con un palillo o por el rabo.
Las dejamos encima de un papel de horno y las llevamos a la nevera para enfriar por completo. Para decorar, podemos poner en una manga pastelera chocolate blanco fundido y hacer un agujero pequeño para que salga un hilo de chocolate blanco que parezca una cebra, haciéndolas aún más bonitas.
Si nos sobran algunas fresas, siempre podemos hacer las clásicas fresas con nata, que son tan buenas y dulces. O, si es nuestro gusto preferido, podemos comerlas con leche. Consiste en cortar las fresas y dejarlas unos minutos en leche con azúcar. Luego, con una cuchara, tomamos las fresas y bebemos la leche dulce con sabor a fresa... simplemente increíble.
Necesitaremos medio kilo de fresas y 200 gramos de chocolate negro para postres. Estos ingredientes son esenciales para crear esta deliciosa receta navideña.