La prestigiosa publicación cultural Matador, bajo la dirección de La Fábrica, ha dado un giro significativo en su nueva etapa. Este primer volumen de la serie se centra en el universo creativo del renombrado cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu. El lanzamiento de esta edición especial tendrá lugar en la feria de arte contemporáneo ARCO. Después de 28 años de existencia y numerosas ediciones alfabéticas, Matador ahora presenta una nueva serie que destaca a un solo creador contemporáneo por número, explorando su mundo geográfico, intelectual y visual a través de colaboraciones con otros artistas.
Óscar Becerra, director de La Fábrica, explicó durante una conferencia de prensa que la nueva Matador será una plataforma para obras de artistas recomendados por sus colegas. Cada número comenzará con una extensa entrevista al artista destacado. En este caso, Iñárritu compartió recuerdos de su infancia, hitos importantes de su vida y las influencias de diversos creadores que lo han marcado profundamente. Estos intercambios proporcionan una visión íntima de los pensamientos y experiencias que han moldeado su carrera.
Además, los promotores de Matador han decidido entregar las diez series completas de los 28 números de la primera etapa a un artista diferente cada año. Este artista creará una obra inspirada en la revista, que será presentada y vendida en ARCO. Para este primer año, el elegido fue Miralda, un artista multidisciplinario nacido en Terrassa, Barcelona, en 1942. Su pieza, titulada Altar Matadora, consiste en un carrito de cafetería de los años 80 con 28 bandejas que contienen los números de la revista empaquetados como si fueran productos de carnicería, sirviendo como pedestal para una imagen de un espíritu afrobrasileño.
Este nuevo enfoque de Matador no solo celebra la obra de Iñárritu, sino que también invita a los lectores a sumergirse en un viaje profundo y multifacético a través del arte y la cultura. Con esta innovación, la revista busca establecer nuevas conexiones entre diferentes disciplinas artísticas y ofrecer una experiencia única a sus seguidores.
En una decisión que ha generado amplia atención, el presidente Donald Trump ha declarado su intención de oficializar el inglés como la lengua del país. Esta medida, que rompe con décadas de convivencia multilingüe, pretende redefinir cómo se comunica el gobierno con sus ciudadanos. Desde 1976, EE. UU. no había designado un idioma oficial, a pesar de que el inglés es mayoritario. La nueva política reemplaza las normas establecidas por Bill Clinton y podría cambiar significativamente cómo se prestan servicios públicos.
El viernes 28 de febrero de 2025, en la capital estadounidense, Washington D.C., durante una conferencia de prensa, el mandatario anunció firmemente su plan para promulgar un decreto que convertirá al inglés en la lengua oficial del país. Este anuncio marca un hito histórico, ya que desde hace casi medio siglo, Estados Unidos nunca había adoptado una lengua oficial formalmente, aunque el inglés era predominante. En este contexto multicultural, donde coexisten diversas lenguas como el español, esta iniciativa busca sentar precedentes.
La administración justifica esta acción afirmando que fomentará la unidad nacional y mejorará la eficacia operativa del gobierno. Asimismo, se espera que impulse la participación cívica entre los residentes. A partir de ahora, las agencias gubernamentales tendrán la opción de mantener o modificar sus prácticas lingüísticas previas, lo que podría tener implicaciones profundas en la provisión de servicios a comunidades no anglófonas.
Desde una perspectiva periodística, esta medida sugiere una transformación significativa en cómo se gestionan las relaciones entre el estado y sus ciudadanos. Es crucial observar cómo evoluciona la respuesta pública y si otros sectores adoptan cambios similares. Esta decisión invita a reflexionar sobre el equilibrio entre la uniformidad lingüística y la diversidad cultural en una sociedad cada vez más globalizada.
Una especie singular de cucaracha, conocida como Diploptera punctata, ha llamado la atención de la comunidad científica debido a su capacidad única de nutrir a sus crías con un líquido rico en nutrientes. Este fluido, denominado "leche de cucaracha", se está investigando por su potencial para convertirse en una fuente de alimento alternativa y nutritiva. Aunque las primeras investigaciones sugieren que podría ser un superalimento, aún queda mucho por explorar antes de que pueda ser considerada una opción viable para el consumo humano.
La leche de cucaracha es producida dentro del cuerpo de esta especie particular de insecto y contiene una alta concentración de proteínas, carbohidratos y lípidos. Los estudios han revelado que este fluido posee un valor energético significativo, con 232 calorías por cada 100 gramos, superando ampliamente a la leche de vaca y otros animales mamíferos. Además, los cristales de proteína encontrados en las crías liberan aminoácidos esenciales de manera constante durante la digestión, lo que proporciona un suministro continuo de nutrientes cruciales para el crecimiento y desarrollo.
Obtener este fluido no es tarea sencilla. Dado que no puede extraerse mediante métodos tradicionales como la ordeña, los científicos deben recolectar los cristales de proteína directamente de los intestinos de las crías. Este proceso es lento y requiere la eliminación de numerosos insectos para obtener cantidades mínimas del producto. Por ello, los expertos están explorando la posibilidad de replicar genéticamente estos cristales para crear una versión sintética de la leche de cucaracha.
A pesar del potencial nutricional de este fluido, su uso en la alimentación humana sigue siendo teórico. No se han realizado pruebas en humanos ni en animales para determinar sus efectos reales sobre la salud. Sin embargo, algunos investigadores especulan que podría ser útil en la lucha contra la desnutrición y ofrecer una alternativa para personas con intolerancia a la lactosa. También se plantea la posibilidad de utilizar los cristales de proteína como suplementos o ingredientes en alimentos procesados.
La idea de cultivar cucarachas a gran escala también plantea preguntas éticas y ambientales. Mientras que la producción de este fluido podría ser menos perjudicial para el medio ambiente que la ganadería tradicional, la cría y sacrificio masivo de insectos levanta preocupaciones sobre el bienestar animal. En última instancia, aunque la leche de cucaracha muestra un gran potencial, aún quedan muchos obstáculos por superar antes de que pueda convertirse en una solución práctica para la seguridad alimentaria global.