La creación del VR46 Racing Team permitió que Valentino Rossi continuara con su vida en el Mundial de una manera diferente. Aunque inicialmente su equipo era satélite de Ducati, en Yamaha nunca importó demasiado esa condición. Sin embargo, con el tiempo, las cosas comenzaron a cambiar y Yamaha comenzó a buscar una estructura de apoyo para el 2025.
La fábrica de los diapasones necesitaba encontrar una manera de fortalecer su posición en el MotoGP y se dio cuenta de que Valentino Rossi podía ser una pieza clave en este proceso. Sin embargo, las decisiones tomadas por Rossi también tuvieron un impacto en esta relación y comenzaron a traer consecuencias.
Los vínculos entre la academia y los de Iwata han sido cortados, pero eso no significa que la estructura japonesa en la clase intermedia vaya a desaparecer. En cambio, los diapasones pretenden asociarse con Pramac Racing, su nuevo equipo satélite en MotoGP, para crear una escalera de pilotos bajo la órbita de la marca.
Esta decisión tuvo un impacto en la imagen de Yamaha y en su posición en el MotoGP. Sin embargo, los japoneses están comprometidos con seguir adelante y buscar nuevas formas de fortalecer su posición en el deporte.
Este anuncio supuso la segunda despedida de los de Iwata con el nueve veces campeón. Hasta ahora, la marca del italiano, VR46 Racing Apparel, era quien vestía al equipo en la categoría reina durante los últimos cuatro cursos. Pero a partir de 2025, en el garaje de los diapasones presentarán una imagen renovada gracias al acuerdo con Macron.
Estos cambios no solo afectan a la imagen de Yamaha, sino también a su posición en el mercado y en el deporte. Los japoneses están comprometidos con seguir evolucionando y buscar nuevas formas de competir en el MotoGP.
En la finca, la familia se une en un hilo conductor. El artista habla con orgullo de cómo su padre, siempre presente, cuida de cada detalle. Canta con él y les da un sentido especial a la vida en la finca. Las tres hijas son el fruto de este amor y unión familiar.
La presencia de la familia en la finca es fundamental. Lara, de 13 años, se entrelaza con la naturaleza y aprende valiosos lecciones. Luiza, de 11 años, encuentra un refugio en la paz de la finca. Y Olívia, de 2 años, crece rodeada de la amorosa atmósfera familiar.
El padre es el corazón de la finca. Andando constantemente por ahí, se ocupa de todos los detalles. Canta una moda con el artista, creando lazos especiales. Su presencia es constante y da estabilidad a la familia.
Su cuidado por la finca y por la familia es evidente. Cuidando de los animales, plantando las cosechas y transmitiendo valores. Es un ejemplo de trabajo duro y amor por lo que se hace.
Lara, de 13 años, es una joven emprendedora. Explora la finca con curiosidad y desea aprender todo sobre ella. Sus ojos brillan con la pasión por la naturaleza y la vida en la finca.
Luiza, de 11 años, es más reservada pero no menos amorosa. Encuentra paz en la finca y se siente segura en el amor de la familia. Crea recuerdos especiales en cada rincón.
Olívia, de 2 años, es el joyero de la familia. Su presencia llena la casa de alegría y amor. Cree lazos inquebrantables con cada miembro de la familia.