Moda
La Dulce Revolución Sueca Conquista América
2024-11-01
En un mundo donde los gustos y tendencias cambian a una velocidad vertiginosa, una nueva obsesión ha surgido en Estados Unidos: los dulces suecos. Desde las calles de Brooklyn hasta los rincones más remotos del país, la gente se vuelca a probar estos exóticos y coloridos bocados, creando filas interminables y una verdadera fiebre por el chicle sueco.
Una Dulce Revolución Llega a América
La Magia de los Sábados Suecos
Los fundadores de Bon Bon, una exitosa cadena de tiendas de dulces suecos con sede en Brooklyn, comparten una historia que evoca la nostalgia de la infancia. Selim Adira, Leo Shaltz y Robert Persson, originarios de Suecia, recuerdan con cariño los sábados de su niñez, cuando se les permitía disfrutar de un día libre y dedicarlo a saborear los deliciosos dulces de su país. Decididos a revivir esa magia, abrieron Bon Bon en 2017, con la misión de compartir la tradición sueca del "dulce sábado" con el mundo.Hoy, Bon Bon cuenta con cuatro ubicaciones que permanecen abiertas hasta altas horas de la noche, atendiendo a una clientela ávida por probar estos exóticos bocados. Shaltz, uno de los cofundadores, comenta que a veces las filas son tan largas que tienen que recurrir a "gorilas de caramelo" para mantener el orden y la calma. Pero lejos de ser intimidantes, estos dulces embajadores reparten muestras y se encargan de que la experiencia sea amigable y memorable.Más Allá de los Límites Suecos
Mientras Bon Bon se ha convertido en un imán para los amantes de los dulces suecos, otras empresas como Lil Sweet Treat han surgido para ampliar aún más los horizontes de esta tendencia. Ellie Ross, propietaria y fundadora de Lil Sweet Treat, comparte su propia historia de cómo la pasión por los postres exóticos la llevó a abrir su propia tienda en el West Village de Nueva York.Inspirada por su herencia coreana y sus viajes alrededor del mundo, Ross ha logrado crear un espacio donde los clientes pueden descubrir una amplia variedad de dulces, no solo de Suecia, sino de todo el mundo. Su inventario rota semanalmente, ofreciendo desde mordeduras de caimán suecos hasta calabazas sonrientes de Alemania y arándanos amargos de España.Ross ha logrado atraer a una legión de seguidores en TikTok, a quienes ella llama "conocedores de dulces". Estos entusiastas están dispuestos a probar nuevas texturas y sabores, expandiendo sus paladares más allá de lo que tradicionalmente se encuentra en las tiendas de dulces.El Poder de las Redes Sociales
La explosión de los dulces suecos en Estados Unidos no se puede entender sin mencionar el papel fundamental que han desempeñado las redes sociales, especialmente TikTok. La plataforma se ha convertido en un escaparate virtual donde los usuarios comparten videos mostrando los coloridos y exóticos dulces, despertando la curiosidad y el antojo de millones de seguidores.Tanto Bon Bon como Lil Sweet Treat han aprovechado sabiamente el poder de las redes sociales para atraer a nuevos clientes y mantener a los existentes. Beka Michie Bon Bon, una de las creadoras de contenido de la marca, ha sido fundamental en este proceso, invitando a los seguidores a unirse a la "fiebre" de los dulces suecos.Pero más allá de la simple viralidad, los expertos en la industria de los dulces señalan que el aumento de los precios del cacao también ha jugado un papel importante en el auge de los dulces de goma. Con el chocolate volviéndose cada vez más costoso, el público ha encontrado en los dulces de goma una alternativa más asequible y tentadora.La Nostalgia como Ingrediente Secreto
Más allá de los sabores exóticos y las texturas innovadoras, los propietarios de estas tiendas de dulces suecos han descubierto que la nostalgia es un factor clave en su éxito. Tanto Shaltz como Ross coinciden en que sus clientes a menudo les expresan que los dulces les hacen "sentir como niños de nuevo".La capacidad de transportar a los consumidores a su infancia, a esos momentos de pura alegría y diversión, parece ser el secreto que ha cautivado a miles de estadounidenses. En un mundo cada vez más acelerado y estresante, la oportunidad de reencontrarse con esa inocencia perdida a través de un simple dulce se ha convertido en un verdadero tesoro.Shaltz, de Bon Bon, resume esta idea de manera elocuente: "Todos somos niños de corazón. Mis cofundadores y yo creemos que el crecimiento es una trampa, y tener tiendas de dulces definitivamente ayuda a recuperar esa magia".